Sobre la Feria de Puebla

Ya vienen las famosas fiestas y ojalá que la nueva edición, se lleve a cabo en un proceso de total y absoluta transparencia, algo que les ha faltado a las administraciones estatales, quienes han convertido en su “caja chica” a este evento, luego de que en la época de Manuel Bartlett el gobierno retomó el manejo de este organismo público.

Es cierto que, en manos de la iniciativa privada, Alfredo Miranda y Jorge Espina Reyes lo convirtieron en un negocio personal, lo que originó que Bartlett, les quitara el manejo de la Feria al patronato, que alguna vez encabezaron personajes del peso de Eduardo García Suárez y Alejandro Carreto.

Pero desde ahí, la Feria de Puebla carece de transparencia y de rendición de cuentas, nadie sabe cuánto se recauda, cuánto se cobra por concepto de los stand que se establecen, cuánto se cobra por metro cuadrado, cuánto cobran los artistas que se traen al teatro del pueblo, que es gratis para la gente, pero las áreas vip, son para funcionarios públicos y empresarios amigos del régimen o se venden a precios exorbitantes, ojalá esta nueva administración, termine con la discrecionalidad en el manejo de la fiesta de todos los poblanos.

El costo de 50 pesos el boleto es otro tema, una familia de cuatro personas tiene que pagar al menos 200 pesos para poder ingresar y ya ni se diga si consumen algo al interior del recinto, porque repito el costo de los stands es exorbitante y los empresarios tienen también que buscar recuperar su inversión.

Otro tema que ojalá la nueva administración tome en cuenta es la constante presencia de grupos de franeleros, principalmente ligados a la organización consentida de la pasada administración, la 28 de octubre, que se apoderan de manzanas enteras, áreas verdes, cocheras y todo lo que se encuentre dentro de lo que ellos dicen, “es su zona de trabajo”.

Pero el punto toral, es que ojalá se le informe a los poblanos, cuánto se va a gastar en la contratación de los artistas que se van a presentar en el repito, mal llamado teatro del pueblo, el cual fue durante la pasada administración, un espectáculo para la diversión del ahora ex gobernador y sus amigos, quienes se le pasaron todo el tiempo viendo artistas como Ricky Martín, Maluma y Sebastián Yatra, solo por mencionar a algunos.

Y posterior a la organización del evento, también que se informe, qué ganancias arrojó la Feria, reitero para que ya no sea la “caja chica” del gobernador en turno.

La Feria es uno de los eventos más esperados por los poblanos, con este evento inician las llamadas “Fiestas de Puebla”, que tienen su punto culminante con la fecha poblana por excelencia el 5 de mayo y también el 10 en donde se rinde tributo a todas las madres.

Revive la Puebla de los Ángeles y los Demonios. El movimiento universitario desatado por los estudiantes de la escuela de medicina de la BUAP, nos debe de hacer recordar la historia y tradición de la máxima casa de estudios en el estado y sus luchas a lo largo de muchos años.

Por eso hoy más que nunca cobra vigencia la serie que hemos impulsado desde el portal www.primeraplanapuebla.com, enfocado en recuperar la memoria histórica de nuestra Puebla y de sus personajes, algunos injustamente olvidados.

En los “Gigantes Poblanos”, hemos dado cuenta de personajes como Urbano Deloya “el cronista de Puebla”, egresado de la BUAP, de Eduardo García Suárez, “el Pichón”, el auténtico ideólogo y líder de la derecha poblana, egresado de donde, de la BUAP, de Manuel Díaz Cid, el fundador del FUA y egresado de nuestra máxima casa de estudios y junto con otros personajes, impulsor de la autonomía universitaria, de Francisco Fraile, secuestrado en 1972 junto con otros estudiantes al interior del edificio Carolino y el verdadero artífice de la consolidación del panismo en Puebla, de Alfonso Yáñez, de los primeros en llamarse así mismo comunistas dentro de la universidad y cercano al rector Luis Rivera Terrazas.

En la más reciente entrega, entrevistamos a José Doger Corte, el hombre que rescato a la universidad de las “penumbras” en que otras administraciones, habían sumido a la BUAP, desvirtuando las luchas universitarias que le dieron sentido a lo que es hoy nuestra universidad pública.

Ojalá y no se quiera regresar a esos tiempos del oscurantismo dentro de la BUAP; porque eso créame, a nadie le conviene y menos a sus propios estudiantes.

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